¿Cómo preservar los alimentos en una mudanza?
De momento, es aconsejable que detengas las grandes compras en el supermercado y sólo te limites a gastar en lo más necesario. De este modo, podrás usar lo que tienes almacenado y reducir la cantidad de productos a conservar en la mudanza. ¿Aún quedan alimentos? En primer lugar, busca algunas neveras portátiles, bolsas Ziploc, contenedores herméticos y frascos de cristal (no olvides el papel burbuja en el “kit de resguardo”).
Ahora bien, es tiempo de usar algunos trucos para preservar los alimentos de acuerdo a su rubro y procesamiento. Inicialmente, las carnes, pollos, pescados y mariscos suelen ser los más preocupantes y, para ello, la solución inmediata es enfriarlos y congelarlos muy bien en el frigorífico, – ¡es lo recomendable para que no pierdan sus propiedades! – Otra estrategia empleada para su preservación es la curación, es decir, cubrir los cárnicos con sal y ciertas especias.
Del mismo modo que se usa el método de salmuera con las carnes, se puede hacer con las verduras y almacenarse en recipientes de vidrio con un poco de agua. ¡TEN CUIDADO! Debes ser precavido al agregar la sal, pues el exceso puede cambiar drásticamente su sabor.
¡Ahorra tu dinero! ¡Es mejor preservar los alimentos en una mudanza!
Asimismo, las frutas tienen su truquito para mantenerlas a salvo. Para ellas está a la orden del día el “multifacético” zumo de limón, solo deberás rociarlo sobre las frutas cortadas y estas mantendrán por más tiempo su color, sin ennegrecerse ni siquiera en los bordes.
Por otro lado, y sin mecanismo alguno de conservación, tenemos los lácteos y los huevos. Estos productos son sumamente delicados y una vez que salen de la nevera deben ser consumidos, su preservación fuera es descartable. Así que, la mejor propuesta para ellos es donarlos o gastarlos antes de hacer la mudanza.
Almacenaje de los alimentos después de ser tratados.
¡Ya vamos a comenzar a ordenarlos! Una vez preparadas las comidas y pasadas por las técnicas correspondientes, oficialmente estás listo para iniciar su empaquetamiento. De inmediato te alertamos: ¡Cada rubro debe ordenarse y guardarse por separado! Es decir, las carnes crudas aisladas de las cocidas (distintos depósitos), las verduras en otro recipiente y las frutas en un almacenaje diferente. De esta manera evitarás la conocida “contaminación cruzada”.
Es necesario que tengas neveras portátiles o pequeñas cavas para trasladar los alimentos y conservarlos en frío. Si bien, las carnes, pollos, pescados y mariscos los puedes contener en envases herméticos. Mientras que las verduras (curadas) pueden viajar en frascos de vidrio y, posteriormente, envueltas en papel burbuja, como las botellas. Otros vegetales y frutas serán aconsejables que se sumen a esta aventura alimenticia protegidas en recipientes con ligeras entradas de aire. ¡Si vas a cuidar tus alimentos, que no falle el método!
Concluida la mudanza, posiblemente no queden ganas de cocinar, pero estarás seguro de que tus productos estarán listos en algunas horas para ser consumidos. Así que, de momento, el día del traslado podría ser de descanso y premiarse con una solicitud de comida a domicilio. ¡Disfruta de tu nueva vivienda sin estrés, aunque muy bien preparado!
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